METODOLOGÍA DE LA PSICOTERAPIA SIMBÓLICA

La Psicoterapia Simbólica es un proceso mediante el cual:

1- Se facilita la expresión en imágenes -acompañada de emoción y sentimiento- del mundo interior del paciente.

2- El paciente interactúa con dichas imágenes y el terapeuta interviene promoviendo esta actividad, con el fin de superar los conflictos que estas mismas imágenes vayan indicando.

3- Finalmente las imágenes son interpretadas por el mismo paciente, es decir, que des-cifra su significado y con ello su valor simbólico.

Mediante el lenguaje simbólico, el paciente va expresando los aspectos afectivos e instintivos de su personalidad, sus metas e ideales, sus relaciones con los demás, sus conflictos . Estas producciones serán objeto de diálogo entre paciente y terapeuta.

FINALIDAD

La finalidad de esta psicoterapia es conducir al individuo a un equilibrio que le permita realizarse como hombre. Dicho equilibrio implica que él mismo se conozca, ordene y gobierne para poder concebir libremente su ideal (libertad psicológica) y pueda voluntariamente (libertad ética) poner los medios adecuados para tratar de alcanzarlo en el tiempo.

TECNICA

La primera tarea que se realiza es confeccionar la historia clínica del paciente y solicitar los estudios complementarios que se estimen necesarios. Se evaluará la indicación o no de medicación cuando el cuadro clínico así lo requiera. También se ha de tener en cuenta en este sentido que durante las primeras sesiones es frecuente que aumente la ansiedad, angustia o los síntomas que ya presentaba.

Posteriormente se le explica brevemente al paciente la finalidad de esta psicoterapia y la frecuencia de las sesiones, que por regla general, se realizan una vez por semana y que comenzarán a espaciarse en la medida en que el paciente mejore.

Seguidamente nos abocamos a lo que es el trabajo imaginativo. El mismo se realiza en un ambiente de semi-penumbra, lo más silencioso posible. El paciente ha de estar cómodamente sentado en un sillón o recostado en un diván, en estado de relajación muscular. Estas condiciones favorecen la capacidad de concentración pero no son indispensables para la realización del trabajo imaginativo. Sí es indispensable para el paciente adulto el imaginar con los ojos cerrados, ya que no tiene la misma validez el contenido de los ensueños realizados con los ojos abiertos. En este último caso se suele elaborar racionalmente un cuento, que por lo general, expresa una parte de la problemática del paciente. El tener lo ojos cerrados facilita la actividad simbólica, con vivencias similares a las oníricas; de esta forma a todo lo que manifiestan las imágenes se le agrega el hecho de que en el momento de expresarlas no se advierte el sentido profundo que portan. De allí que al interpretar el trabajo imaginativo el mismo paciente se sorprenda de lo que ha podido decir.

El trabajo imaginativo comienza con una consigna inicial que es indicada por el terapeuta. Se le explicita al paciente que debe dar libre curso a su imaginación, relatar todo lo que ve, lo que oye, lo que toca, lo que siente y lo que encuentra, tratando de sentirse protagonista de sus acciones. Es muy importante que tenga vivencia de movimiento para que no se sitúe como un simple espectador .

Se le advierte que debe aceptar todas las imágenes que se le presenten, por muy ilógicas que ellas parezcan, pues el valor del trabajo imaginativo es simbólico y la lógica del mismo se va a descubrir luego de su interpretación.

El terapeuta tomará nota de todo lo que dice y hace el paciente. Respetará su ritmo e intervendrá solamente cuando: se detenga, para ayudarlo a seguir imaginando; o para profundizar más; para modificar defensas patológicas; estimularlo a que cambie situaciones; enfrente las dificultades y venza los obstáculos.

Si el paciente se encuentra en el trabajo imaginativo, con demasiados obstáculos, o situaciones que le provocan una angustia no operativa, se pueden resolver parcialmente los problemas que se presentan y completarlo o continuarlo en sesiones siguientes. En todos los casos se intentará terminar el trabajo imaginativo con el paciente ubicado en una situación placentera o de tranquilidad.

Terminado el ensueño, en la misma sesión o en la siguiente, el terapeuta preguntará sobre las significaciones que el paciente otorga a las imágenes o situaciones que él mismo ha producido.

El terapeuta no interpretará las imágenes del paciente ya que estas responden a su propia simbología

Finalmente se le vuelve a leer al paciente las interpretaciones que realizó de las imágenes y situaciones de su trabajo imaginativo. De este modo él puede reconocer cuál es la problemática que debe resolver ya sea del pasado,del presente o del futuro.

Si la dificultad que presenta es solucionada en el mismo trabajo imaginativo, en la vida real le será más fácil resolverla, porque la imaginación precede al acto. Si no logra ver la solución del mismo, el problema quedará planteado a nivel consciente y podrá analizarlo con el psicoterapeuta cotejando solución. En este punto importa mucho la concepción de vida del psicoterapeuta, no porque el paciente tenga que aceptar necesariamente sus puntos de vista, sino porque es evidente que el terapeuta puede ir clarificando, orientando y sobre todo, mostrando al paciente sus posibilidades respecto de lo planteado, dentro de una concepción de vida, de una valoración y de una toma de posición consecuente con la realidad de la naturaleza humana.

Los símbolos implementados como consignas iniciales son: Escalera; Castillo; Mar; Subir a una montaña y luego volar hacia arriba; Bosque; Espada; Copa; Espejos; Volcán; Llave; Camino; Brujo, Bruja, Monstruo; Mina; Pantano; Laberinto; Catarata; Pirámide; Selva; Rayo de luz; Primera Imagen no cotidiana; Pantalla; Vivencia imagen; Continuación de un sueño; Primer Recuerdo.

Por esta psicoterapia el paciente logra un conocimiento más pleno de sí y de la realidad, lo que le permite un ordenamiento más adecuado. Lo libera de sus traumas psicológicos pudiendo así ser más libre y en consecuencia más responsable.

Esta psicoterapia está indicada en las neurosis en general. Es efectiva en la inmadurez psicoafectiva, las somatizaciones y las fobias. Mejora las obsesiones.

Permite diagnosticar esquizofrenias incipientes por la aparición de símbolos bizarros.

En psicóticos en general y en esquizofrénicos la psicoterapia debe estar acompañada de medicación adecuada.