Mecanismos de Defensa

INTRODUCCION Y PRIMER EJEMPLO
Dra. María Ana Ennis
Médica Psiquiatra (UBA). Fundadora de la Escuela de Psicoterapia Simbólica (1974).
Becada en la Universidad de Loyola, Chicago, USA. (1960-1962).
Publicaciones: Psicoterapia Simbólica. Editorial Hachette, Bs. As. 1974.
Psicoterapia Simbólica. Fundamentación y Metodología. Editoral López Libreros, 1981.

Este artículo amplia y profundiza el publicado anteriormente en la revista N° 2 de la Fundación de Psicoterapia Simbólica.


Los mecanismos de defensa son hábitos adquiridos de autodefensa y superación. Así como en un nivel biológico existen defensas que inmunizan contra la enfermedad y mecanismos que reparan el daño producido por enfermedades, traumatismos, etc. así a nivel psicológico existen pautas aprendidas de autodefensa y superación.

Un quebrantamiento de las defensas inmunológicas contra la enfermedad pueden dañar el funcionamiento corporal, de un modo semejante un mal funcionamiento crónico de las pautas psicológicas de superación pueden terminar en una somatización o en una neurosis.

La resistencia general al stress, es decir las demandas adaptativas frente a las exigencias no habituales, pueden disminuir a menudo por reposo insuficiente, dietas inadecuadas o tentativas de llevar adelante la carga completa de trabajo en condiciones inferiores, producidas por ejemplo por cualquier enfermedad orgánica o por tensiones emocionales que causan la falta de recursos adaptativos suficientes y el aumento de la debilidad frente al stress (1).

(1) COLEMAN, JAMES C., Psicopatología, II La personalidad, Ed. Piados, Bs. As., 1978, Pág. 26.

Una persona normal, frente a una situación de esta índole, hace una evaluación objetiva y asume distintas actitudes defensivas según considere sus posibilidades. Estas son:

a) Una actitud de ataque para apartar o vencer los obstáculos objetivos.

b) Evitar el problema, retirándose de esa situación y orientándose por otro camino, si considera que no tiene posibilidad de vencer.

c) Aceptar metas sustitutivas o aceptar una parte de la totalidad que en principio se había deseado.

La Evitación es un hábito adquirido desde temprana edad, es imprescindible, de suyo es normal, cuando con él se eluden situaciones u obstáculos que no se pueden vencer, se transforma en patológico, cuando es utilizado habitualmente, sin haber procurado enfrentar lo que es arduo, o lo que produce temor o lo que implica cierto grado de sufrimiento son características de una persona cobarde.

Pero existen otras defensas que no son las más adecuadas porque implican algún grado de autoengaño y deformación de la realidad, y que cuando se transforman en los medios predominantes y habituales para superar el stress, interfieren gravemente en la solución del problema. Estas defensas deben considerarse patológicas. Las de mayor importancia son:

1. Negación de la Realidad: Es el más simple y primitivo de los mecanismos de defensa con el cual se intenta ignorar o desconocer realidades desagradables. Un ejemplo muy simple y muy frecuente de observar es la contestación rápida: "no puede ser" cuando se anuncia un hecho doloroso o comprometedor.

2. Fantasía: Mediante la fantasía "se alcanzan" las metas y se "satisfacen" necesidades en la imaginación. Se usa como válvula de escape para no enfrentar la realidad y para obtener algún tipo de gratificación compensatoria. Es la huida por la fantasía muy común en los adolescentes y en las personas inmaduras.

La idealización es un aspecto especial de este mecanismo de defensa, como lo es también la fabulación, aunque este último es de mayor gravedad si se presenta en personas adultas.

3. Represión: En ella se excluyen de la conciencia los pensamientos, recuerdos y deseos amenazadores y dolorosos: son los "olvidos selectivos". La represión puede ayudar a la persona a controlar deseos peligrosos o inaceptables y protegerla así de experiencias traumáticas hasta el momento en que de algún modo ya se ha desensibilizado del shock. No obstante, se resolvería mejor el problema enfrentando y elaborando con ahínco la situación real.

4. Racionalización: Implica tener razones lógicas, socialmente aprobadas, respecto de comportamientos pasados, presentes o futuros. Este mecanismo de defensa le sirve al individuo para justificar su conducta, y colabora disminuyendo la desilusión ocasionada por objetivos inalcanzables. Este es el mecanismo que utilizan ciertas personas para justificar el abandono de sus obligaciones de trabajo o de familia aduciendo razones culturales o artísticas, etc..

La racionalización se opone al razonamiento porque este último es un proceso lógico que parte de una premisa verdadera, mientras que la racionalización usa argumentos construidos según las reglas de la lógica formal, pero que fallan por no partir de premisas concretas, reales.

5. Proyección: Es una reacción de defensa por medio de la cual una persona:

a) Culpa a los demás de sus propias deficiencias, errores y fallas.

b) Atribuye a los demás sus propios impulsos, pensamientos y deseos inaceptables. Es un tipo especial de racionalización.

6. Desplazamiento: En él se traslada la reacción que se hubiera deseado expresar ante ciertos hechos adversos sobre otras personas u objetos. Esto permite que determinados contenidos permanezcan reprimidos, enmascarando para la conciencia del sujeto las implicaciones que verdaderamente tendrían.

El ejemplo más común es el hombre que en su trabajo sufre la injusticia y los desplantes de un jefe dominante y no expresa su hostilidad hacia él, sino contra su esposa, cuando vuelve a su casa, donde manifiesta su irritabilidad y su agresividad por cualquier trivialidad.

7. Formación Reactiva: Algunas veces el modo de protegerse de sentimientos negativos o deseos peligrosos consiste no sólo en reprimirlos, sino también en formar actitudes conscientes y pautas conductuales contrarias. Ordinariamente en la formación reactiva se observa la exageración y el carácter compulsivo. Por ejemplo, una madre que sobreprotege al hijo para evitar admitir el rechazo que siente hacia él.

8. Aislamiento Emocional: En este caso el individuo reduce su grado de compromiso emocional en las situaciones que puedan ser o sean de hecho desilusionantes o hirientes. Proporciona un armazón protector que impide la repetición de sufrimientos anteriores, pero que disminuye la participación saludable y vigorosa en la vida.

9. Intelectualización: En este mecanismo de defensa se combinan el aislamiento emocional que normalmente acompañaría a un acontecimiento doloroso, con una explicación racional por la cual despoja de importancia personal y de sentido desagradable a dicho acontecimiento.

Este fue el mecanismo de defensa que usó el paciente 814 cuando falleció su madre. Comentaba en ese momento a sus amigos, con mucha tranquilidad, que la muerte de su madre era lo mejor que le hubiera podido ocurrir, ya que padecía de cáncer. Además interiormente canturreaba una canción carnavalesca: combinaba así esta intelectualización con una formación reactiva. Le llevó muchos meses de psicoterapia simbólica elaborar este duelo.

10. Regresión: La regresión es un mecanismo de defensa en el cual se vuelven a utilizar pautas de reacción ya superadas en etapas muy anteriores del desarrollo. Cuando nace un nuevo miembro en la familia, que parece relegar la posición de alguno de los hijos, éste puede volver a originarse en la cama, hablar como un bebé, chuparse los dedos y adoptar conductas infantiles que en otro tiempo atrajeron la atención de sus padres. El adulto frustrado tal vez acuda a las pataletas de la infancia; la recién casada puede volver a la casa de su madre a la primera señal de dificultad.

11. Compensación: Las reacciones compensatorias son defensas contra el sentimiento de inferioridad y de falta de idoneidad que surgen de defectos o de debilidades personales reales o imaginarios, o de fracasos. Es frecuente observar en las actitudes de superioridad que toman ciertas personas, en los lugares de trabajo o en las reuniones sociales, un complejo de inferioridad enmascarado (1)

12. Desvitalización: Este mecanismo de defensa obedece al propósito de restar o quitar vitalidad o cosificar al objeto vivenciado como fuente de ansiedad, con el fin de que el mismo pierda peligrosidad.

13. Desdoblamiento: En mi experiencia con Psicoterapia Simbólica, he encontrado, en el proceso imaginativo, una actitud a la cual llamo desdoblamiento: consiste en una forma de disociarse, para tomar distancia frente a una situación conflictiva, a fin de poder superar la inhibición o resistencia que ella provoca.

He podido comprobar que este mecanismo se constituye también en una defensa patológica, ya que no es el yo el único sujeto de atribución de las acciones que realiza.

(1) COLEMAN, JAMES, Obra cit., Págs. 59-72

La sublimación como mecanismo de defensa es considerada como el proceso mediante el cual los instintos se expresan en forma personal y socialmente aceptables. Se sostiene con ello que todos nuestros deseos maduros no son otra cosa que modos de disimular deseos instintivos reprimidos. Así todos los intereses de los adultos, música, arte, medicina, política, religión, etc. serían medios para dar una nueva dirección o salida a un deseo inhibido en su objetivo primordial.

Esto parte de un reduccionismo en el que no se advierte que el hombre no sólo es instinto que busca su satisfacción, sino que tiene inteligencia por la cual es capaz de conocer el bien y una voluntad que le permite tender libremente a ese bien: Posee una esfera intermedia, la de su conocimiento estético, que participa del conocimiento sensible y del conocimiento intelectual, por la cual es capaz de captar la belleza, y la de su afectividad, que participa del apetito sensible emocional y de la voluntad, con la cual es capaz de amar y buscar la unión con el ser amado.

Por lo tanto la sublimación como mecanismo de defensa puede darse en algún caso patológico, pero considero con Allport que es un concepto de dudoso valor. (1)

(1) ALLPORT GORDON, W., La Personalidad, su configuración y desarrollo, Ed. Herder,Barcelona,1977, Pág. 199.

Transcribo estas sesiones de Psicoterapia Simbólica para mostrar cómo se presentan los distintos mecanismos de defensa en los trabajos imaginativos y en sus interpretaciones y cómo se debe actuar frente a ellos.

Lo que está entre paréntesis indica lo interpretado por el paciente y lo que aparece entre corchetes corresponde a la observación del terapeuta. Si se quiere saber lo que ha imaginado el paciente se lee todo omitiendo lo que está entre paréntesis y corchetes. Si se desea leer lo que el paciente ha interpretado basta con tomar en cuenta lo que está entre paréntesis.


Paciente N° 814.

Es un médico de 30 años, homosexual que consulta por un bloqueo afectivo que lo describe así: "antes yo sentía, me conmovía, me afectaba por lo que le pasaba a mis enfermos. Ahora actúo racionalmente y no siento nada. Se que hay personas que me quieren pero actualmente no siento nada por ellas".

Respecto a su homosexualidad dice que es lo que más odia en su vida.

El primer trabajo imaginativo es el de "la escalera"


ESCALERA

- La escalera es de madera, sin baranda, (En ruinas) es de madera vieja, baja a un sótano, es como un sótano. Está oscuro, como si hubiera luz. Hay polvo, no hay luz.

- Baje la escalera.

- No la estoy bajando.

- Tiene que bajarla.

- Aparece un rayo de luz sobre un escalón, (Mi lucidez) la bajo, la luz baja adelante, sigo bajando. Bajo, pero no veo el piso.

- Si siente el piso, vaya caminando.

- Si estoy caminando en una oscuridad espesa que me llega hasta las axilas. Llego hasta una de las paredes, de piedra húmeda, no, de ladrillo crudo. Hay una puerta redonda de madera a listones, vieja. (Mi salida.) Hay en la mitad de la puerta un pasamano. Abro una rendija. Espío afuera, es una campiña. Un cielo de mediodía celeste. (Es ver afuera y tener miedo a salir.).

- Abra bien esa puerta.

- Tiene una tranca.

- Saque la tranca y abra la puerta.

- Si, entra un viento fresco. Salgo. (La prueba de que yo tengo que estar afuera y no adentro.)

- ¡Qué hay adentro?

- No hay nada. Algo espeso, brumoso.

- Recorra ese sótano, ahora que tiene luz.

- La luz no lo ilumina. La luz queda afuera. (Mi resistencia a la apertura.)

- Busque el modo de hacer que esa luz pueda entrar.

- Me estoy mirando yo.

- Sea usted y penetre en ese lugar.

- Va como navegando por ese mar espeso de nieblas. (Paso por arriba de las tinieblas.) En un recinto redondo. Es alto, es una torre vieja. (Mis defensas.) Ahora tiene luz. Arriba tiene ventanitas ojivales. (Nadie puede asomarse a espiar.)

- Busque el modo de sacar esa espesa bruma.

- Si, ahora está todo iluminado. Está derruido. Adentro hay paja seca, como si fuera un establo, es muy viejo, iluminado de amarillo. (Poca renovación de mi vida evolutiva.) La escalera que yo bajé está en muy mal estado de conservación. Es una torre cónica, pero muy alta. No hay niebla, es como una torre abandonada. No me siento incómodo ahí adentro.

- ¿Puede salir?

- Sí, pero no me interesa.

- ¿Cómo se siente afuera?

- No salí.

- Salga.

- Afuera bien, es un día lindo, fresco, (Lo que yo debería ser.) pero salgo sólo unos pasos.

- Salga de esta torre.

- Estoy afuera. Es un campo como un decorado de teatro, (No pude entrar en la pradera.) como un escenario de teatro, muy infantil. (Vuelvo al útero.)

- Investíguelo.

- Ahora encuentro dibujos de arbolitos, de casitas, una casita dibujada por un chico, un árbol, todo muy infantil. El fondo es de papel blanco. Hay un perro debajo del árbol. Es un dibujo primitivo. Ahora veo un sol. (Mi casa de chico, mi familia, nosotros de chicos, lo cálido, lo lindo, lo positivo, la seguridad, lo armónico, lo perfecto.)

- Salgo de esos dibujos y camine hacia una realidad.

- Hay un molino de agua verdadero. (Lo que gira y va hacía arriba. Las ganas de estar alto y volar.)

Todo el trabajo imaginativo muestra un mecanismo de defensa, de aislamiento emocional o bloqueo afectivo. El se identifica con la torre cónica, que tiene ventanas en la parte superior para "que nadie pueda espiar hacia adentro". La puerta de salida tiene una tranca. Se encierra porque tiene miedo de enfrentar la vida, para no ver tampoco él, su problemática interior y no permitir que otros la conozcan.

Dentro del trabajo imaginativo usa distintos mecanismos de defensa:

1. De negación

a) Cuando afirma que hay luz y luego lo niega para no enfrentarse con su realidad.

b) "No me siento incómodo adentro": niega la realidad pues, ¿quién puede estar cómodo encerrado en una torre llena de niebla?

c) Cuando se le pregunta si puede salir, contesta "si, pero no me interesa" y en la interpretación va a decir que "el hecho de que de afuera entra un viento fresco es la prueba de que yo tengo que estar afuera y no adentro".

d) "La luz queda afuera". Junto con el mecanismo de negación, el negar que la luz pueda penetrar por la puerta abierta, está el de asilamiento emocional o bloqueo afectivo, como bien lo interpreta el paciente: "es mi resistencia a la apertura".

2. De regresión

Cuando en vez de salir al campo, que interpreta como "lo que yo debería ser", sale a un escenario de teatro muy infantil, que él interpreta como volver al útero. Pero esto es a la vez expresión simbólica de su patología. No pudo llegar a lo que debería ser, representado por la campiña, porque vivió en forma desvitalizada su niñez. Fue de niño casi un autista, no se integraba en grupos, no jugaba con lo demás niños sólo rendía adecuadamente en el estudio.

3. De idealización

Cuando interpreta: "mi casa de chico, mi familia, nosotros de chicos, lo cálido, lo lindo, lo positivo, la seguridad, lo armónico, lo perfecto". Al preguntársele si fue así su niñez, terminó confesando que eso era una expresión de deseo, es decir, lo que él hubiera querido tener.

4. De desdoblamiento

a) "Me estoy mirando yo". Disocia para tomar distancia a fin de enfrentar una situación y superar la inhibición y resistencia para conocerse.

b) "Va como navegando por ese mar espeso de niebla". Al referirse a sí mismo en tercera persona, muestra que no se compromete con lo que va a encontrar.

En el trabajo imaginativo el terapeuta buscó que el paciente conociera su interioridad y luego que pudiera ponerse en contacto con la realidad exterior, es decir, buscó también romper su aislamiento.

Respecto a sus mecanismos de negación, el primero(a) lo resuelve él mismo en el transcurso del trabajo imaginativo, y los otros (b, c), cuando el terapeuta conduce la actividad simbólica para que logre hacerlo.

El mecanismo de regresión lo resuelve por la indicación del terapeuta durante el trabajo imaginativo, cuando le indica que "salga de esos dibujos y camine hacia una realidad".

El mecanismo de idealización que usó en la interpretación fue aclarado en el diálogo posterior entre el paciente y el terapeuta.

El desdoblamiento lo resuelve por indicación del terapeuta en el primer momento en forma parcial porque va a continuar hablando en tercera persona, pero luego, sin mediar nueva indicación, continúa hablando en primera persona.

El terapeuta, al guiar el trabajo imaginativo, lleva al paciente a enfrentar sus problemas, y con ello va destruyendo sus mecanismos de defensa patológicos.


Trabajo Imaginativo N° 4

SUBIR A UNA MONTAÑA Y LUEGO VOLAR HACIA ARRIBA

- Estoy muy cerca de la montaña, tiene una senda, es bastante vertical, es fácil de subir al principio. Estoy llegando a una curva, ahí es más difícil, es más vertical. (Dificultades naturales, pero comunes.) Es todo faldero, liso, liso, liso, pero no me cuesta subirlo. Sigo subiendo. Es una montaña árida y de golpe estoy arriba. (Es quemar etapas para llegar a un fin.) Es alta la montaña porque abajo se ve un valle muy profundo. Me salté un tramo grande; de golpe, me encontré arriba. ¿Tengo que volar ahora?

- Si

- Me falta el impulso; bueno sí. Paso por nubes, veo un agujero entre las nubes y veo otra vez una casa, pero sigo de largo. (Es dejar un poco de lado lo burgués, lo infantiloide.) Hay un pradito verde, unos árboles y la casa, pero sigo. Me quedo en una nube y me caigo a la de abajo.

- Tome impulso y vuelva a volar.

- ¿Siempre para arriba?

- Si.

- Hay muchísimas nubes, en estratos. Me llego a ver todo vestido de nubes y veo un cielo celeste. (Algo lindo y placentero.) Como si caminara con un resto de nubes encima. (Todo de lo que yo no me quiero desprender; de lo cotidiano.) Cielo azul, claro, diáfano y de repente hay una rampa. Atravieso el azul y hay un castillo con torres, un castillo típico. (Volver a mi niñez.)

- Entre.

- Voy a ir. Estoy en una sala de piedra, (Algo muy rígido que se impone por si mismo.) paredes de piedra pero está deformada como por una lente que la hace ovalada, estirada. A la izquierda hay una armadura.

- ¿Que hay dentro de la armadura?

- No hay nadie. Estoy yo dormido, parado dentro de la armadura. (Aceptado, congelado.)

- ¿Que hace ahí? Despiértelo.

- Se que estoy pero no me importa es normal que esté adentro.

- ¿No lo puede despertar?

- Si, y me río a carcajadas adentro. Me río de mi afuera, pero no sale de adentro; (El de adentro es el yo que me regalaron, es más fuerte, es un yo más joven, con una cáscara defensiva.) el de afuera estaba atemorizado (Cómo un extraño.). Yo adentro me arrodillo con una rodilla frente a mi afuera, y ya no estoy más adentro. Y se desarma la armadura. (Jugó demasiado.) y al lado de la armadura una puerta chiquita. (La puerta de entrada se había borrado y esta era la única opción.) Todo en cámara lenta. Salgo y hay un jardín anegado de luz, como si fuera una fotografía en colores, quemado por la luz. (Es la entrada en una cosa no verdadera o la puerta de entrada al horror, al miedo a lo desconocido.) Todo se queda petrificado en mármol blanco y frío.

- ¿Que cosa se quedó petrificada en mármol blanco y frío?

- Todo, una fuente, es más mármol, más frío , como frío de tumba, enredaderas, flores, todo de mármol blanco y al frente un ataúd de mármol. (Una vez fue y ahora no es. El instinto sexual. La muerte.)Yo en mascarilla con una espada agarrada de la mano. (La muerte del caballero.) La miro y sigo.

- Investigue la tumba.

- La abro y ya no hay más ataúd sino una trampa. Hay una escalera sin barandilla que baja al sótano. Lo veo desde arriba.

- Baje usted.

- Sigue siendo todo blanco aunque se ve que todo es negro. (La nada absoluta.) Estoy en los últimos escalones. Es tan negro que no se ve nada.

- Llegue y compruébela.

- Estoy ahí.

- ¿No se anima a bajar?

- No avanzo, tengo un impedimento, como una inmovilidad.

- Puede vencer eso.

- Si me caí, de la escalera y me estoy cayendo por un pozo negro sin fondo.(No alcanzo a definir o a limitar. Estoy en ausencia, en la carencia.) Estoy ... llegué a un redondel, a una superficie redonda como si fuera de pasto y ahí me duermo. (En aferrarse a lo mismo real.) No soy yo quien está durmiendo ahí. Ahora lo veo, no tiene cara, está acurrucado así, [El pacienta baja la cabeza como escondiéndola] tiene pantalón corto. En un chico como de ocho o siente años [Fue violado a esa edad]

- Descúbrale la cara.

- No lo conozco, es un chico.

- Levántelo.

- Si, pero es medio idiota, (Falta de desarrollo intelectual, falta de madurez en el proceso evolutivo.) la cara no se la termino por definir. Es medio idiota. Se le cae la cabeza para atrás, se le caen los brazos. Se transformó en un pelele. Ahora es un muñeco todo roto en el suelo. (La inutilidad de ese estado evolutivo.) Yo me voy de ahí. Es una superficie redonda suspendida en una oscuridad inmensa.

- Salgo volando hasta la escalera del fondo y a la izquierda, me cuelgo del borde y me subo a la escalera. (Quiero disparar de ahí.) Parece como si tengo miedo; subo rápido gateando hacia arriba y llego al lugar de tanto mármol, tan fría y entro de vuelta al castillo. Está la armadura tirada en el suelo. Me siento desorientado. No sé adónde voy. [Estaba angustiado]

- Investigue ese castillo.

- Es una única torre y la única salida era a la izquierda al lado de la armadura. (Supongo que esa es mi infancia.)

- Investigue por el fondo del castillo.

- Veo una perspectiva absurda, es como si la viera desde arriba, con una perspectiva deformada. (Por el tiempo.) Voy a salir, voy a dar una vuelta alrededor de la torre. (Escaparme de este castillo tipo Drácula.) Alrededor hay un foso y más atrás un lago. Es de día y hay niebla. Se ve del otro lado del lago las luces prendidas como de una ciudad. (Adonde uno debe llegar.) Hay un bote en el embarcadero. Lo miro, no sé si subirme o no, no sé si debiera o no subirme porque no es mío. Me subo porque quiero ir a esa ciudad de enfrente. No me gusta el castillo, me hace sentir muy mal. Me voy. Pero el agua es muy espesa para remar y no avanzo, es muy espesa. (No quiero salir, estoy atado a mi infancia.) está oscureciendo. (Mi noche.) No, estoy ahí; ahí me quedo.

- Puede atravesarlo, no se quede ahí.

- Cuando uso un remo giro para la derecha, y si uso el otro giro para la izquierda.

- Use los dos.

- Hago más fuerza con uno. Voy a remar a la izquierda y adelante. Mucha niebla. Ya no remo más y el bote anda sólo, se desliza por el agua que es muy negra como aceite. Lo veo irse. Ya no estoy en el bote. No sé adónde estoy.

- Siga en el bote.

- No puedo. Se fue. ¿Y yo dónde estoy? No estoy en el agua.

- ¿Ve la ciudad?

- Si a la derecha; a la izquierda y atrás el embarcadero. Las luces están lejos. Lo que está más a mano es el embarcadero, está más cerca. Todo eso es tan tétrico, tan fantasmagórico.

- ¿Qué es lo real?

- Todo es real, pero es la atmósfera, como de pesadilla.

- Podría volar, ¿hacia dónde quiere volar?

- Quiero irme, eso despierta como terrores infantiles.

- Vuele hacia arriba, hacia donde quiera ir.

- Niebla.

- ¿Y atravesando la niebla?

- Algo cálido, es temperatura. Si, cálido, pero no es nada, es lo cálido, lo abstracto de lo cálido, es un sentirse bien. (La salida.)

- Bueno, baje a tierra.

- Volví al embarcadero.

- A tierra.

- Voy volando muy alto arriba de un paisaje de colores verdes, como muy alto.

- Baje al lugar que más le agrade.

- A una casa, y voy ahí. Caí por la chimenea y caí adentro. (Mágicamente.) Adentro es todo de madera; sillas, mesa de madera, todo de madera. (Lo confortable, es mi casa.) Una mesa con mantel y flores. (Es la familia, el núcleo, el amor, todo.) Yo estoy chiquito, la mesa es más alta. Lo miro todo para arriba. (Todo está muy por arriba de mis posibilidades.) Doy vuelta a su alrededor, y no veo lo que hay arriba porque no alcanzo. Estoy mirando fijo una pata de la mesa y unas sillas. Me fijo muy distraído. Sé que están.

- ¿Hoy gente?

- No hay nadie. Por la ventana se ve flores, un jardín cuidado y árboles, no los veo, sé que están.

- Crezca.

- Subo y bajo de tamaño.

- ¿Se ve chico de edad además de estatura?

- No sé, supongo que no, quizá sí, más chico de lo que soy ahora.

- Crezca y siéntese a la mesa, hágase dueño de ese lugar.

- Sí, me siento a la cabecera. (Con mucha resolución.) Hay cuatro platos puestos en fila india, (Es una mesa que se va a amar.) blanco, vacíos. Los tenedores puestos en desorden. Yo estoy agarrado de la mesa, como el dueño de la casa y su mesa. Yo la veo desde mi punta y la veo muy larga. Al fondo veo la puerta de entrada. (En toda la distancia que me separaba de la mujer.) Se abre la puerta y entra una mujer joven con un gran sombrero colorado, y un canasto de flores. (Muy cursi, ella entraba en su casa.) Se transforma en un maniquí, (Se transforma en un ser ideal.) medio adentro y medio afuera como entrando.

- Acérquese a ella y ayúdela a entrar.

- Si, pero no entra, deja el canasto con flores y se va. Cierra la puerta detrás de mí.

- ¿Cómo se siente?

- Frustrado.

- ¿Hubiera deseado que entrara?

- Sí.

- Vaya y búsquela.

- Salgo pero no está. El prado está lleno de flores. Está todo estático. En medio de las flores altas está ella corriendo vestida igual que como la vi. Yo en la puerta.

- El que se quedó estático es usted.

- Supongo.

- Póngase usted en movimiento.

- Sí, pero la alcanzo y es un maniquí. (Es la posibilidad de agarrarla.) Tropecé, caí. Es ahora una mujer. (Percibí su piel húmeda.) Es ella dormida, boca abajo.

- Levántela, despiértela, la lleva a su casa y la sienta a su mesa.

- Viene de la mano entre las flores altas, en una actitud como de entrega, como la persona que no quiere luchar más. La siento a la mesa, yo en la cabecera y ella a mi izquierda. (La siento a mi izquierda porque busco la relación más ancestral, es decir la tendencia natural que un hombre siente por una mujer.)

Algunos de los principales mecanismo de defensa que usa el paciente en este trabajo imaginativo son de:

1. Negación

a) Cuando dice que no hay nadie dentro de la armadura y después se ve él mismo adentro de la armadura.

b) Cuando dice que es normal que esté dentro de la armadura dormido, parado.

2. Evitación

Cuando encuentra el niño de ocho años, medio idiota que se transformó en un pelele, le produce el hecho tal angustia que se escapa de la situación. Fue en esa edad violado por otro joven de quince años. Esto el terapeuta no se lo hizo enfrentar en ese momento dada la complejidad de este trabajo imaginativo, que indicaba la conveniencia de postergar la elaboración de este hecho traumático en sesiones posteriores.

3. Regresión

Cuando se ve más chico de lo que es. El terapeuta le ayuda a destruir este mecanismo de defensa cuando en el mismo trabajo imaginativo le sugiere "crezcan y siéntese a la mesa y hágase dueño de ese lugar.

4. Desvitalización

Dada su relación conflictiva con la mujer, la desvitaliza transformándola en un maniquí.

5. Intelectualización

Cuando ve a la mujer con sombrero colorado y un canasto con flores, y la interpreta como muy cursi.

Cuando se le convierte esa mujer en un maniquí y la interpreta que "se transforma en un ser ideal", emplea un mecanismo de desvitalización que combina con una negación de la realidad y una intelectualización. Con estas defensas intenta aislarse emocionalmente para no tener que reconocer su falta de adecuada reacción emocional frente a la mujer.

6. Proyección

a) Cuando dice "Está todo estático. En medio de las flores altas está ella corriendo". El terapeuta le hace tomar conciencia de este mecanismo de defensa cuando le dice "el que se quedó estático es usted", a lo que repone "supongo" con lo cual acepte el señalamiento.

b) Cuando al finalizar el trabajo dice "viene de la mano .... como una persona que no quiere luchar más". Se le señaló en la interpretación que esto era una proyección y el paciente lo admitió.

7. Desdoblamiento

Cuando dice "estoy yo, parado dentro de la armadura .... el yo de adentro se ríe de mi afuera". Esta actitud va a ser modificada por el paciente al proseguir el trabajo imaginativo.

Además de estos mecanismos de defensa, surgen en este trabajo imaginativo sus núcleos psicóticos. En grado creciente de gravedad se observan:

Sus inhibiciones: para bajar la escalera y para remar.

Su desorientación cuando dice: "¿Y yo adónde estoy?"

Su confusión: "Mucha niebla".

Su incoherencia, que manifiesta así: "es lo cálido, es lo abstracto de lo cálido, es un sentirse bien", y que interpreta como "Mi salida".

Es interesante señalar la interpretación que el paciente hace del símbolo inicial. Para el la meta inmediata es ejercer su profesión y el ideal es poder llegar a resolver los conflictos de su niñez.

A pesar de todos los mecanismos de defensa que usa, pudo reconocer los conflictos de su infancia y la incidencia que tuvieron en su vida. Se refiere a la violación que sufrió entre los 7 u 8 años que alteró su normal desarrollo evolutivo respecto a su identidad sexual


Trabajo Imaginativo N° 5

SUBIR A UNA MONTAÑA Y LUEGO VOLAR HACIA ARRIBA

[Encontró un castillo, un bosque otoñal, un silo y un molino. Optó por investigar el silo.]

....................................Voy a ir al silo. Como la puerta de abajo no la encuentro, subo por la escalera del molino, paso al techo del silo, y me caí adentro. (Asumiendo la vida en sus misterios tenebrosos.). Hay paja húmeda en el suelo (Entrada a mis zonas oscuras, misterios, angustia, mis propios fantasmas.).

Hay una puerta trampa, todo muy húmedo. Hay una dicotomía de imágenes, una es que hay un pozo por donde viene mucha luz, otra que se comunica con una caverna negra.

- Primero investigue la caverna.

- En la caverna vienen hacia mí una especie de bichos inmensos, no tienen forma de animal conocido. Tiene pelos lisos y largos. Ocupan toda la caverna. Son mansos. Me pongo contra la pared no se dan cuenta que estoy. Atrás vienen otros y otros. Pasó el último [Se pasaba la mano por la nariz, cada vez que pasaba un animal]. No sé que sentí. Los creía normales de ese antro. Son animales de humedad (Poco corpóreos, eran concretos. No me daban miedo, me parecían naturales. Es una concepción mía de mis temores pero pocos fundamentados.).

- Sáquelos a la luz.

- En el fondo hay una luz gris que es como lo que lo produce. El fondo es un inmenso recinto subterráneo, atmósfera gris, con poca visibilidad. En el medio hay una inmensa maquinaria (Soy yo, mi mente pensante, psíquica.). Los hombres que lo manejan, con casco y overhall llegan a la altura de la rueda. Se supone que hay ruidos pero apagados, pero no hace ruido, es silencioso. La máquina por un tubo toma esta atmósfera gris y por otro tubo salen esos animales. No sentía la presión de ellos. (Es tan monstruoso lo que yo me he creado que mis múltiples subdivisiones son las que manejan esa máquina. Hay una esquizofrenia, una pulverización de mi personalidad.). Todas las paredes de este recinto están excavadas hacia adentro, como varias cavernas que llegan concéntricamente a ese recinto (Son las subdivisiones de mi personalidad.)

- Entre en una de esas cavernas.

- Tengo que subir un piso, pero también abajo hay. No hay nada. Supongo que en cada una de esas cavernas es donde viven esos miles de hombres que manejan esa máquina gigantesca. Son cuevas que tienen un balcón hacia el recinto. La máquina es de guerra en forma delirante.

- Pare esa máquina e investígala.

- Con una palanca, la muevo. Desde arriba empieza a entrar la luz solar que disipa esa bruma. Los hombres han quedado todos estáticos. Son más chicos en estatura. Parecen soldaditos de plomo con sus cascos. El sol está limpiando la bruma. Me acerco a la máquina es tan gigantesca. Es la máquina que hace chico a los hombres (Es tan grande lo que ha creado el intelecto que ha superado al creador.). Me subo como a una baranda. Está llena de hombres en diversas actitudes. Hay una puerta, entro por ella. Adentro está lleno de controles, botones, lámparas. Me interesaba encontrar donde se forman esos animales. No está. Donde yo estoy parado se hacen. No hay ningún molde que los haga. Me meto dentro del tubo por donde entra la bruma y hay como una dicotomización del tubo. Tengo que elegir por donde tomar. Estoy en un tubo que se divide como las ramas de un árbol. Me cuesta avanzar. Ahora me doy cuenta que avanzo por movimientos peristálticos del tubo. Cada vez estoy más comprimido. Los movimientos son más convulsivos. Los huesos me crujen. Haciendo un esfuerzo enorme me parió y caí en un maizal. ¡Basta! (Me hizo nacer al trigal, espeso, tierno, con sol.)


Comentario Final del Paciente

La cueva es mi psiquis subconsciente dividido en miles de partes. La máquina es todo un producto intelectual. Le he dado forma de tanque que aplasta, mata, destroza, fabrica fantasmas que me paralizan, además de ser mortífera. ESE ES EL NÚCLEO DE MI PROBLEMA.

El interior de la máquina es un pequeño recinto lleno de controles, lo demás es cáscara.

Al no haber matriz, no hay forma real. Eran fantasmas producto de mi actividad intelectual.

En la sesión siguiente se le sugiere que vuelva el silo para destruir esa inmensa maquinaria que fabrica sus fantasma.

En un extenso trabajo imaginativo, decide abrir el techo del silo, con ello permite la entrada de luz que destruye toda esa construcción delirante.

Interpreta la luz como el efecto de la psicoterapia que elimina a sus fantasmas.


En Síntesis

En el primer trabajo imaginativo se detectó los distintos mecanismos de defensa que usaba para no permitir ser conocido como homosexual, sin advertir que con ellos se bloqueaba afectivamente, lo que fue motivo manifiesto de su consulta psiquiátrica.

Al ir modificando los mecanismos de defensa pudo descubrir que el principal origen de su homosexualidad; la violación que sufrió entre los 7 u 8 años que como el lo define "fue la muerte del caballero". Este hecho nunca lo había comentado.

En un quinto trabajo imaginativo que descubre en ese bloqueo afectivo se fue creando sus propios fantasmas que lo aplastan, lo paraliza.

Podremos preguntarnos, si esto no sería la génesis de un delirio que aún no se había manifestado clínicamente y que resuelve con la misma terapia.