EDITORIAL

La Fundación Argentina de Psicoterapia Simbólica se constituyó el 17 de septiembre de 1987 con el fin de fomentar, promover y realizar una labor preventiva, asistencial, de investigación científica, de formación y perfeccionamiento de profesionales. 

Próximos al tercer milenio, consideramos que es necesario intensificar tanto la tarea de investigación, fundamentación y desarrollo del método de la Psicoterapia Simbólica como la formación de nuevos psicoterapeutas.

Los paradigmas de la modernidad absolutizaron la razón y a través de ella toda fe se desplazó al progreso; todo debía ser superado, producido y fabricado.

La "muerte de Dios" puso en riesgo la supervivencia de la humanidad; como dramáticamente señalaron Hiroshima y el Holocausto. 

El fracaso de esta utopía nos lleva a hoy a transitar lo que algunos llaman post-modernidad con su propia configuración cultural

La informática abre el mundo de la realidad virtual y si antes se planteaba el conflicto del hombre versus la máquina, hoy de lo que se trata es de la hibridación del hombre con la máquina. Esto marca un giro copernicano, no se trata de una moda pasajera; girar alrededor de imágenes no es lo mismo que girar dentro de ellas (Quéau, Philippe.)

El desarrollo tecnológico no puede prever hacia dónde se dirige -pensemos por ejemplo en la manipulación genética -.

Vivimos una época de cambio, las conceptualizaciones teóricas que hasta hace un tiempo estaban consolidadas hoy han perdido esa cualidad. Están cuestionados el concepto de realidad, de sujeto humano y la producción emergente del dialogo entre ambos.

Barnett Pearce, sostiene que no se puede cambiar un paradigma sin atravesar un terremoto, y nos parece que esta analogía describe claramente nuestro tiempo.

La característica más sobresaliente de hoy es la Globalización: globalización de la economía, de los valores de consumo... El hombre de hoy es el "hombre globalizado" que ha perdido su singularidad quedando bajo la amenaza de "no-ser".

Este es el contexto en el que estamos inmersos como personas preocupadas por la salud mental. El desafío que se nos plantea es el de mantener viva la creatividad teórica para abordar la complejidad del sujeto humano y su tiempo en su intento de develar-construir sentido, sin caer en el universal de un psiquismo pre-determinado que anule su singularidad.

Sabemos que el hombre necesita un orden, que toda actividad congnitiva necesita un orden pero que no se trate del orden de los cementerios. El desafío del que hablamos incluye la posibilidad de un orden vivo que de lugar a los continuos cambios, sin olvidar que nosotros, al estar inscriptos en esta cultura, también somos atravesados por ellos.

Esperamos que las producciones que en esta revista presentamos puedan ser consideradas como "nudos" de los que se abran tantos caminos como la creatividad y rigurosidad de cada lector haga posible.